Con sabor a miel...
Ninfa Duarte
Busqué una flor, una caricia, un amor,
en todas las miradas, en todos los silencios
y en las promesas de muchas palabras calladas.
Encontré una espina, una herida, un desengaño,
escondidos en una larga y deshilachada espera.
Por las heridas respira el sueño que llevo dormido
y mi piel se turba ante tantos fantasmas.
Dejé una esperanza, un dolor, una ventana
para acallar la canción que el viento deshoja,
dentro de mi alma tatuada de angustias.
Hoy solo tengo un triste poema vacío,
que busca el color de una flor para recordar
y una caricia de luz en las tinieblas
para compensar la ausencia de un aliento.
Tan poco pedí a la vida y tan poco ella me dio,
busqué una flor, una caricia, un amor,
encontré una espina, una herida, un desengaño
y estos pobres versos con sabor a miel...
Ninfa Duarte
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