EL FUEGO DE TUS OJOS...
Entre corvas pestañas abrazadas
un horizonte de fuegos se divisa,
y su profundidad, la piel eriza,
por sus ventanas con niñas asomadas.
Muestra su flama de pasión soñada,
chisporrotear de luces, cual si brisas,
removiendo por vientos las cenizas
le entregara calor a mi alma helada.
En esos ojos profundos y serenos,
probó mi corazón risas y llantos;
la sanidad bendita, y el veneno.
La pasión, el placer y aún el encanto,
de sentirte mía cuando te fui ajeno.
En ese fuego: fui demonio o santo.
Poema de Audroc
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