Añoranza
Apareció ante mí, como quien surge
del fondo de las aguas o las sombras,
mirándome con ojos arrancados
al inquieto bullicio de las olas,
en sonrisa de espuma equilibrada
que sobre el mar azul y verde flota,
en silencio de voz semidormida
al fondo oscuro de una caracola.
La contemplé y se vació mi mente,
fui como un cuerpo cincelado en roca,
árbol inmóvil donde sólo el viento
con ligero temblor mece las hojas.
Y me negué a pensar, por no ultrajarla
con añoranza de mujer o cosa.
Poema de Francisco A Hidalgo
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