A LA CUMBRE DEL SONETO
Subo por los peldaños del soneto
para llegar a ti, mujer hambrienta,
y en cada verso el ansia se acrecienta
de darme y obtenerte por completo.
Un solo plan de acción al mismo objeto
a ambos extremos por igual se intenta,
y aunque no con idéntica herramienta,
su éxito garantizas y prometo.
Los cuartetos ofrecen el estrado
simétrico, accesible, nivelado,
en el que los tercetos se entrelazan.
A tu vera, mujer, voy recalando,
y aunque todo lo quiero, no demando,
porque sé que tus brazos no rechazan.
Texto de Francisco Álvarez Hidalgo
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