-Audroc-
La noche me abrazó,
como el pensamiento
de un Amor perdido…
¡ Sentí desvanecerse mi destino…!
En cada rincón del alma
revolví desencuentros…
revolví desencuentros…
¿ Tanto te has alejado de mi…?
¡ Incomprensible…!
¡ Si éramos uno…!
Lloraba en la ventana la tormenta
y el viento susurraba melodías…
¡ Te buscaba…!
Se me arremolinaron
pensamientos incoherentes
y el corazón
parecía no pulsarse…
pensamientos incoherentes
y el corazón
parecía no pulsarse…
Relámpagos
iluminaban los ángulos oscuros
de las cuatro paredes…
¡ Tronaba en el silencio
un dolor de olvido…!
El viejo reloj de péndulo
marcaba su “tic-tac”,
recordando el segundo pasado,
que no alcanzaba a detener
el instante perdido…
Se esfumaba en el aire
el aroma a jazmines,
recordando algún tiempo
de idealismos.
¡Una corriente fría
hiela el alma…!
hiela el alma…!
¡ Caminé kilómetros
en una habitación de espejismos…!
Me desplomé sobre el viejo sillón
cansado y triste…
cansado y triste…
Dejé caer mi cabeza hacia atrás …
Cerré mis ojos …
Me cubrió
la tela de cilicio
de los sueños,
de los que soy su Rey,
Señor y Dueño…
la tela de cilicio
de los sueños,
de los que soy su Rey,
Señor y Dueño…
Te busqué muy adentro…
No te encontraba…
No te encontraba…
¡ Estabas tan profundo dentro de mi alma…!
Al fin te vi en la montaña roja,
de cuya cima descendían
ríos carmines,
absorbidos por sus cauces
de galopantes olas.
de galopantes olas.
¡ Allí estabas…!
¡ Silenciosa…!
¡ Arrinconada…!
¡ Silenciosa…!
¡ Arrinconada…!
Como una reina de su cetro despojada…
Tus brazos,
cruzados sobre el pecho.
Entregada a la muerte de algún sueño,
que muy lento se apaga…
cruzados sobre el pecho.
Entregada a la muerte de algún sueño,
que muy lento se apaga…
En el mágico lago
de rojizos entornos,
tu incomparable imagen,
desdibujó sus tonos …
¡ Te arrancaba en silencio…!
¡ Te mataba despacio…!
¡ Te quitaba del pecho
que te había adorado…!
que te había adorado…!
Abrí los ojos…
Como un telón se descubrieron
las nubes en los cielos.
Como un telón se descubrieron
las nubes en los cielos.
El sol del nuevo día
Iluminó mi frente…
Iluminó mi frente…
¡ De ti…!
De ti…
Ya no queda
siquiera un recuerdo…
De ti…
Ya no queda
siquiera un recuerdo…
La montaña tiritaba,
en un retumbar de tambores,
anunciando en su ritmo
una muerte y un olvido…
en un retumbar de tambores,
anunciando en su ritmo
una muerte y un olvido…
Te ví salir de allí…
Y se partíó aquel monte…
Y se partíó aquel monte…
Luego vino la calma…
Un gran silencio…
Abrí mis ojos…
Ví nuevamente el sol…
Y entonces dije:
¡ Que hermoso día se vislumbra…!
¡ La Vida Continúa…!
2 comentarios:
Lindo poema amigo,da gusto leerte.
Saludos.
¡ feilz Pascua de Resurreción!
¡Es verdad tenemos que tener
horror al pecado que nos separa de la Gracia de Dios,y de nuestros hermanos.
Tengo un seguidor, que se llama
como usted, aunque tiene otro
perfil.
No tiene enlace, y no he podido
ver su blog.¿ Tal vez es usted?
¡Muchas gracias!
Dios le bendiga.
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